Para hacer espacio para el nuevo complejo, se demuelen casas medievales, se enderezan las calles y se construye una nueva plaza de teatro. Entre los diseños de seis arquitectos, se selecciona el de Gustave Saintenoy. El ecléctico edificio irradia riqueza.
El programa también pasó por nuevas interpretaciones en 150 años. El "Grand Théâtre de Bruges" evolucionó de un teatro elitista - donde las clases se separaban literalmente en un rango jerárquico - a un centro cultural abierto para teatro, danza contemporánea y música.
En la Arentshuis enmarcamos el pasado de este lugar en su contexto brujense y (inter)nacional, basado en documentos y piezas auténticas, obras de arte, imágenes en movimiento, reconstrucciones digitales, sonido ...
Organización: Musea Brugge en Cultuurcentrum Brugge m.m.v. Stadsarchief Brugge, Dienst Monumentenzorg & Erfgoed Brugge, HOWEST
€ 6 / € 5 (red) (incl. colección permanente)
El sonido en la escena
Este objeto circular se utilizaba para imitar el sonido de las ruedas de carreta o carroza sobre el empedrado de la ciudad. Para producir este sonido, era necesario que alguien se desplazara corriendo de izquierda a derecha detrás del decorado. El ruido de los cascos de los caballos se producía golpeando cáscaras de coco entre sí, la lluvia se imitaba sacudiendo habas secas sobre una tela tensada.
El pan sobre las tablas
Estos artefactos debían dar al público la impresión de que se trataba de verdadero pan, pastelería, frutas, carnes o pescados sobre la mesa. Según una factura fechada en 1887 y conservada en los archivos de la Ciudad, estos objetos en “Carton-pâte” habían sido adquiridos en la firma parisina Hallé. Han conservado su color de pintura original, que se ha ido patinando naturalmente a través de los años.
En el centro de atención
Esta lámpara (spot) de principios del sigo 19 fue hallada hace algunos años en los sótanos del Stadsschouwburg (teatro municipal). Parece que se trata de un aparato excepcional utilizado mucho antes de que se instalara la electricidad. Por primera vez, se generaba la luz con ayuda de un juego de espejos y lentes. Este haz de luz era en principio de color blanco, pero podía colorearse usando filtros. Esta potente fuente de luz concentrada, que convenía perfectamente a los grandes espacios, permitía atraer la atención sobre un actor o una acción en particular.
Acomodando al público
En sus comienzos, el Teatro disponía de diversos tipos de asientos, tanto sillas, como bancos o sillones. Los más bellos se reservaban a la platea y a los mejores sitios de los balcones. El nivel de confort determinaba el precio de la entrada. Los menos privilegiados sólo podían permitirse una plaza de pie, detrás de la fila de bancos en el piso más alto, que se conocía como “el gallinero” (‘t kiekenkot).
La historia detrás del Stadsschouwburg del siglo XIX.