Esta puerta de madera de los años 1600 cierra ahora la Capilla de San Cornelio. No es su función original. Pues como sugiere su nombre, la Puerta de Apolonia cerraba la Capilla de Apolonia, pero ésta ha desaparecido. Efectivamente, en el pasado dentro de las salas de enfermos del Hospital de San Juan también había capillas.
Una de esas capillas estaba dedicada a Santa Apolonia, una santa de la época romana. No es una casualidad, pues Apolonia era muy popular en esta región. Se le invocaba sobre todo para el dolor de muelas. Al igual que muchos santos, también la función de Apolonia guarda relación con la manera de la cual fue torturada: le hubieran arrancado los dientes con unas pinzas. De ahí también que su atributo fijo sean unas pinzas. El Hospital de San Juan poseía una reliquia de la santa. ¡Y mira por donde era… un diente!
Lo que estás viendo es un tabernáculo mural. El tabernáculo sirve para guardar las hostias sagradas que el cura saca con el debido respeto durante la eucaristía. Un tabernáculo mural como éste es una bonita obra de arquitectura interior. Este ejemplar del gótico tardío, realizado en arenisca con dos puertas de cobre, data de poco después de 1400.
Encima de las puertas la escultura cuenta una historia de los últimos días de Jesucristo. Ha ido a rezar al Huerto de los Olivos acompañado de algunos de sus discípulos. Sin embargo, éstos se han dormido. Cristo se arrodilla y mira al cielo buscando contacto con Dios. Vemos arbustos, flores, un arroyo y una cerca que evocan el huerto … Los otros personajes en este tabernáculo son profetas con banderolas y ángeles tocando música.
En el Hospital de San Juan quedaban unidos inseparablemente dos mundos distintos: el mundo de la fe y el mundo de la atención sanitaria. En este díptico de Hans Memling vemos cómo la fe estaba físicamente muy presente para un ciudadano en la Edad Media. El marco y las bisagras todavía son auténticos.
Estamos en Brujas. Por la ventana, detrás del hombre rezando, vemos el puente del lago Minnewater o Lago del Amor. La inscripción abajo en latín nos cuenta que el hombre es Maarten van Nieuwenhove quien mandó hacer este cuadro en 1487, a la edad de 23 años. Van Nieuwenhove lleva un jubón de terciopelo y un sobretodo forrado con piel negra que ilustran su riqueza: Van Nieuwenhove pertenecía a una afortunada familia patricia de Brujas e incluso llegó a ser alcalde. En la vidriera detrás de él San Martín, su patrono, corta su capa en dos para regalar la mitad a un pobre. Maarten van Nieuwenhove murió a la edad de 36 años.
En el mismo cuarto vemos a la Virgen y Jesús a los que Maarten reza. Jesús toma la manzana que le da su madre, o sea: acepta su misión, morir para salvar a la humanidad. Parece que la Virgen se da cuenta de que ésa es la suerte de su hijo. A su izquierda vemos el escudo y la divisa de los Van Nieuwenhove: Il y a cause (‘No sin motivo’). También los cuatro medallones idénticos refieren probablemente a la familia: una mano divina siembra semillas doradas en la tierra creando así un jardín o huerto nuevo. ‘Van Nieuwen-hove’ significa ‘del nuevo jardín’.
¿Te has fijado en el espejo abombado a la izquierda de la Virgen donde se ve a la Virgen sentada y a Maarten arrodillado? Como si Memling quisiera demostrar que efectivamente están íntimamente juntos en este cuarto y que es una realidad, no una visión.
Este es Jesucristo esperando su crucifixión. Está solo, sentado sobre una roca y casi desnudo. Con la mirada baja, las manos esposadas y sobre la cabeza la dolorosa corona de espinas. Parece resignarse a su suerte. Sobre la roca tiene el manto colgado.
‘Cristo sobre la piedra fría’ se llama este tipo de estatua. Era muy popular en el siglo XV y también poco después de 1500, época en que se realizó este ejemplar a tamaño real. Se encontraba en el cementerio de este hospital. Este tipo de escena de la pasión de Cristo debía suscitar la compasión y la identificación de los creyentes con Cristo de modo que su fe fuera más intensa.
Los peregrinos adoraban en la Tierra Santa la ‘piedra fría’ sobre la cual se hubiera sentado Cristo mientras sus verdugos preparaban la cruz. También era una escena popular en las escenificaciones de la pasión de Cristo. Quizás esto inspirara a escultores y pintores. En las cuatro biografías sobre la vida y el trabajo de Jesús, los evangelios, no aparece esta escena.
Sigue fascinando, esta joven retratada por Hans Memling como si estuviera frente a una ventana abierta. Mira como las yemas de sus dedos reposan sobre el marco. Como si quisiera entrar a nuestro espacio. Como si se encontrara al lado nuestro. Estamos en 1480, como podemos leer arriba.
Pero fíjate sobre todo en la expresión soñadora de esta joven brujense que visiblemente pertenece a la burguesía adinerada. Le delatan su ropa y sus joyas, sencillas pero a la moda: una cadena con cruz dorada y piedras preciosas, anillos en los dedos … Tiene los pelos depilados en la frente y recogidos bajo un gorro, como dictaba la moda de aquellos tiempos.
No sabemos quién era esta mujer. Sí sabemos lo que no era: una figura de la antigüedad, a pesar de la inscripción en la divisa arriba a la izquierda. Se trata de una adición posterior, al igual que el texto abajo en la flámula. La flámula misma sí es auténtica.
Hans Memling tuvo mucho éxito como retratista. Este precioso retrato a la vez realista e idealizador muestra por qué.
Se creía que los santos jugaban un papel importante en la curación de los enfermos. Protegían a las personas y eran invocados para todo tipo de enfermedades. Todos tenían su especialización. Y antes o después de un favor los creyentes ofrecían al santo un exvoto, un regalo de agradecimiento, por ejemplo en forma de la parte del cuerpo enferma.
Aquí ves una estatua monumental de uno de estos santos populares: San Cornelio. Además, estamos en la capilla de San Cornelio. El manto de Cornelio está dorado con pan de oro y el santo lleva una tiara en la cabeza, lo cual indica que fue Papa. La pintura se ha conservado excepcionalmente bien para una estatua de finales del siglo XIV.
Cornelio vivió en el siglo III. Su atributo fijo es un cuerno, en latín cornu, palabra muy similar a su nombre: Corn-elio. De ahí. Cornelio era invocado contra la epilepsia y también era el patrono del ganado bovino. Con y sin cuernos …
La capilla de San Cornelio era utilizada por la Cofradía de San Cornelio para impulsar su adoración. También celebraba su culto aquí. Según un contrato con la dirección del hospital a cambio la Cofradía tenía que restaurar la capilla, pero después de un conflicto con la sacristana la Cofradía tuvo que abandonar la capilla.
Pero el culto a San Cornelio no desapareció. Hasta hace poco, muchos niños en Flandes recibían como tercer nombre Cornelio como protección contra los espasmos.