Esta precioso plato de estilo hispano-morisco data del siglo XV. Probablemente fue confeccionada en Andalucía, en el sur de España, y es una fusión de estilos islámicos y europeos. Al fin y al cabo, la presencia árabe en el sur de Europa se prolongó durante más de setecientos años en España y Sicilia. El uso del color de la cerámica de Manises llama la atención, con tonos de azul cobalto, dorado y rojo púrpura. A través de un complejo proceso de cocción, del cual los expertos no disponen de mucha información, hemos llegado a esta paleta de colores tan reconocible. No solo se producían platos de estilo hispano-morisco, sino también jarrones, cuencos y tarros farmacéuticos.
Esta larga mesa de caballete es una de las piezas más llamativas de este museo. Mide algo más de ocho metros y el tablero está hecho de una sola pieza de madera de roble. En el lateral figura una fecha: 1424. Lo práctico de una mesa de este tipo es que se puede guardar fácilmente retirando el tablero y plegando el caballete (en este caso en cuatro piezas), para colocarla arrimada contra la pared. En algún momento debió de estar en el comedor de las hermanas. Normalmente, sobre la mesa se extendía un mantel. Este tipo de mesa de caballete era habitual en el siglo XV y se representa con frecuencia en pinturas de la época.
Este maletín de novia fue realizado en el norte de Italia en el siglo XV. Está relacionado con la larga tradición de que los padres italianos adinerados encargaran la confección de costosos maletines de novia para sus hijas casaderas. Un cassone de este tipo adquiría un lugar de honor en la casa y se trasladaba con la novia, como una especie de dote. Al igual que la mayor parte de los ejemplares, este maletín también muestra una escena cortesana un tanto romántica, donde varios personajes se agrupan alrededor de la fuente del amor. También son muy interesantes las imágenes de leopardos, perros y hombres alados bajo el dosel, que probablemente representan al dios del amor. Todos los hombres y mujeres llevan la vestimenta típica de finales de la Edad Media como el cornette , un peinado con torretas y el houppelande , una larga túnica con mangas acampanadas.
Esta preciosa joya de finales del siglo XV fue probablemente encargada por una hermana del convento de Nuestra Señora de la Potterie. La religiosa se representa de rodillas, ataviada con el hábito o prenda de vestir habitual de las agustinas del momento. El personaje principal es San Miguel, uno de los siete arcángeles. Lucha contra dos demonios y tiene a uno de ellos inmovilizado a sus pies. Excepcionalmente, no lleva armadura, sino que aparece con la vestimenta litúrgica de un sacerdote. Durante mucho tiempo, este panel de roble fue atribuido al taller de Hans Memling (aprox. 1435-1494). Una investigación posterior demostró que sería más bien la obra de un Maestro de Brujas de la Leyenda de Santa Úrsula.
Este excepcional cantoortje es un original escritorio que, probablemente, se fabricó en el siglo XVI. En realidad, se considera un escritorio de viaje construido como una maleta, con una mesita que se puede plegar hacia abajo. La mesita servía para escribir cartas, mientras que el interior de la caja, con muchos cajones y compartimentos, albergaba todo tipo de papeles, bolígrafos y monedas. Está ricamente decorado con marquetería de flores, plantas y animales marinos en varios tipos de maderas. Especialmente los comerciantes poseían un escritorio de este tipo. Lo que hace que este ejemplar sea especial es la leyenda que aparece tanto en la puerta izquierda como en la derecha: “Plus Ultre” que significa “Más allá”. Era el lema de Carlos V (15001558) y refiere a su imperio, tan grande que en él nunca se ponía el sol. Probablemente nunca sabremos si este cantoor perteneció al emperador en algún momento.
Esta estatua de madera del siglo XVI se ha repintado varias veces. Sin embargo, sigue siendo una impresionante escultura que presenta a Santa Gertrudis en una postura conmovedora. Esta santa vivió en el siglo VII y fue abadesa de Nivelles, donde está enterrada. Lleva el báculo con el sudarum o sudario, y sostiene firmemente un libro con las reglas de la orden monástica en su mano izquierda, elementos relacionados con su importante cargo en la abadía. Se la invocaba para luchar contra las plagas de ratones, de ahí los ratones que aparecen sobre su báculo.
La cristalería veneciana, realizada en la isla de Murano, fue una de las primeras que ganaron fama en toda Europa. En los siglos XV y XVI existía una clientela adinerada que estaba dispuesta a pagar mucho por estos productos de lujo. Las fábricas de vidrio de nuestra región tomaron buena nota de ello. Por ello atraían con altos salarios a los trabajadores del cristal veneciano, y también se esforzaban para acercarse a la excelencia, el color excepcional y las decoraciones del cristal veneciano. Este tipo de cristalería se conoce como “façon de Venise”. Esta copa de cristal de color verde claro es un ejemplo de esta técnica. En el centro, entre dos filamentos de vidrio horizontales, se imprimieron tres máscaras de león plateadas. Entre las máscaras vemos resaltes con una perla azul. Probablemente, la copa se confeccionó en Amberes: la combinación de máscaras de león con resaltes con una perla de color azul es típica del cristal de Amberes de la segunda mitad del siglo XVI.
El objeto de plata más antiguo de esta colección es un cáliz del Renacimiento. Se trata de una copa religiosa de la cual bebe el sacerdote durante la misa. El cáliz tiene delicados grabados, con imágenes de frascos de pomada, torres, motivos de hojas y santos. El autor es desconocido, pero figura un nombre diferente en la parte inferior: J. Verden. Presumiblemente, se trata del cliente, el hermano Jan van Verden. Este fue, durante un tiempo, un maestro de la ahora desaparecida leprosería María Magdalena, otra santa que también aparece representada en el cáliz. Cuando se cerró la leprosería, una serie de obras de arte se regaló al convento de Nuestra Señora de la Potterie, incluido el cáliz.
Se habían registrado milagros y favores concedidos con bastante frecuencia, para reforzar el poder de la santa y sus cualidades milagrosas, así como para conservar el milagro para la posteridad. De ahí procede el Libro de los Milagros de Nuestra Señora de la Potterie, que se encuentra en la vitrina del pasillo adyacente a la iglesia. El libro está ilustrado con dieciocho dibujos a pluma que representan los milagros más importantes llevados a cabo por la imagen de Nuestra Señora de la Potterie. En la parte superior de cada dibujo también se observan algunas líneas de texto en neerlandés, en forma de verso, que describen los acontecimientos. Para aportar veracidad, el texto menciona los nombres de los implicados y las fechas en las que se produjeron los milagros. Basándose en las marcas de agua del papel, se estima que el Libro de los Milagros data del 1520-1521. Además, el cabello y la vestimenta de las figuras así lo confirman. Tanto el autor como el ilustrador del libro son desconocidos. Sí se sabe que lo habitual era que los sacerdotes a cargo de la iglesia fueran los encargados de registrar los milagros. La combinación de texto y dibujos es bastante peculiar, ya que normalmente los Libros de Milagros solo contienen texto. Para que los milagros llegaran a un gran público, incluido un amplio grupo de analfabetos, normalmente se utilizaban otros medios, como pinturas o tapices. Es muy probable que existieran pinturas de los milagros de Nuestra Señora de la Potterie, pero no se conservan.
Este no es un retrato de un niño ordinario, sino que es un retrato de devoción: el niño se entrega a la Virgen María, que lo protegerá para siempre. El niño lleva un vestido azul y tiene un corazón en la mano. Los niños que se entregaban a María a menudo llevaban ropa azul. El color azul simboliza la devoción a María. El corazón en la mano es el símbolo de agradecimiento por su protección. El niño entrega su corazón y, por lo tanto, se entrega a sí mismo, a María. En la mayoría de los retratos de devoción con niños también se representa a la Virgen María con el Niño Jesús, a menudo en una nube, para destacar el carácter sobrenatural de su protección, aunque este no es el caso. El artista Matthias de Visch eligió el monograma de María, las letras entrelazadas M y R, a la derecha de la pintura. El joven es Joseph Van Huerne, el hijo menor de Aybert-Joseph Van Huerne. El escudo de armas se encuentra en la esquina superior izquierda.