Brujas era un punto nodal del comercio internacional y, por consiguiente, una ciudad atractiva para los duques de Borgoña. Una parte importante de ese comercio iba dedicado a todo tipo de productos de lujo. En la pantalla de esta sala descubres las rutas comerciales y ves la diversidad de productos que entraban y salían de Brujas.
Estás viendo objetos de ámbar o succino, una resina fósil que hace millones de años salió de coníferas y se petrificó, convirtiéndose en una piedra suave de un color que va del naranja amarillento al rojo oscuro. Se encuentra sobre todo en la zona del mar del Este, y ya en la Antigüedad se empleaba para realizar objetos de lujo..
En la Edad Media Brujas obtuvo el privilegio internacional de poder trabajar el ámbar, junto con la ciudad alemana de Lübeck. Los artesanos lo utilizaban, entre otras cosas, para fabricar cuentas para los rosarios, como ves aquí. Con los restos también fabricaban barniz. El procesamiento de ámbar conoció su apogeo en Brujas en el siglo XIV. Después, el precio del ámbar subió y en 1420 se dejó de exportar a Brujas.
También ves aquí otros productos de lujo, tales como una placa funeraria de cobre, una parte de un díptico de marfil, manuscritos de lujo, cerámica de lujo española… ¿Y has visto la cartela? Es un adorno de la casa de pesas de San Juan donde se pesaba el paño y se controlaba su calidad. En los años 1200 el comercio de lana y paño impulsó la riqueza de Brujas, sentando las bases de la posterior época de florecimiento.