Cada primer y tercer jueves del mes, el fabricante de malvaviscos llena el museo con aromas dulces. Durante las demostraciones, desde las 14.00 hasta las 16.30 horas, se puede ver cómo se hacían los dulces en el pasado. Mientras calienta los ingredientes en la olla de cobre o pasa la masa de azúcar a través del rodillo para dulces, el confitero revela sus secretos. Los dulces, de varios sabores, están a la venta en el bar del museo.