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Las secuelas de la crisis de corona plantean retos considerables a todo el sector de la cultura. Afortunadamente, los museos ya han dado luz verde para abrir sus puertas. Pero especialmente los artistas son golpeados con más fuerza. Como organización, Musea Brugge quiere adoptar un enfoque proactivo, no sólo para ofrecer una perspectiva a los numerosos actores que dependen de ellos, sino también para mantener su propia dinámica dentro del campo cultural.
Una nueva misión: apoyar a los artistas
Partiendo de esta perspectiva, Musea Brugge se compromete, desde septiembre hasta finales de 2021, a asignar asignaciones creativas a artistas residentes en Bélgica, aunque centrándose en sus propias y ricas colecciones de museo. Esta inspiradora interacción puede afectar a todas las formas de arte posibles: pintura, escultura, fotografía, artes escénicas, música, etcétera.
Musea Brugge aportará 500.000 euros para los encargos de creación, las intervenciones y los escenarios extra ofrecidos a los artistas. Este presupuesto se destinaba normalmente a la organización de otras exposiciones como la de Lancelot Blondeel, que ahora está programada para más tarde del año que viene.
Para este plan, Musea Brugge establece alianzas con otras casas de arte y cultura.
Una primera tarea creativa en la fila de esta reprogramación es el proyecto de Nele Van Canneyt: durante el encierro vino a fotografiar la ciudad huérfana. La exposición se exhibirá en el Arentshuis, desde el 27 de noviembre del 20 hasta el 14 de marzo del 21.
