Contrariamente a lo que sugiere el título, no hay ningún atentado visible aquí. Los objetos no tienen nada que ver el uno con el otro: un piso de madera, un torso femenino enmarcado, una decoración de nubes, una campana y la vista de una casa donde ninguna cortina es exactamente igual. René Magritte juega, como tantas veces, un juego con arte y realidad. Mensaje principal: deja correr tu imaginación. Magritte es el representante principal del surrealismo, el movimiento de arte belga de principios del siglo XX que también tuvo fama internacional.